Sidecars bonitos y elegantes

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Es realmente complicado verlos por la calle. Muy difícil que nos crucemos con uno de ellos mientras nosotros conducimos nuestro moderno coche. Las pocas veces que ocurre, empero, todos torcemos la cabeza. Damos la vuelta a la mirada buscando ese vehículo que despierta en nosotros una suerte de nostalgia difícil de explicar. Un regreso al pasado. Sidecars bonitos y elegantes. Dos adjetivos que definen a la perfección este vehículo.
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Hay unidad en situar el nacimiento de los sidecars en 1903. Cuando un vehículo, muy parecido a lo que posteriormente se llamaría sidecar apareció en una caricatura del periódico británico Motor Ciclismo. Su autor fue George Monroe. Solo unas semanas más tarde, la patente para la fabricación de estos sidecars ya estaba en poder de WJ Graham.

A pesar de que, como es lógico, han pasado por varias etapas en cuanto a su diseño y material; se puede hablar de ellos como sidecars bonitos y elegantes en todas y cada una de sus épocas. Al principio eran de mimbre. ¿Se imaginan? Sillas con ruedas. Más tarde comenzaron a ser de madera y, finalmente, se hicieron de acero.

Sidecars en la II Guerra Mundial

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Si pensamos en sidecars es normal que en nosotros se despierte una cierta ambivalencia a la hora de valuar el cariño que podamos tener hacia estos vehículos. En un primer pensamiento nos gustarán. Esa pequeño coche con un accesorio que permite que una persona vaya cómodamente sentada unos centímetros más abajo del conductor, tiene un halo especial. Todavía hoy cuando lo vemos en una película (mucho  más si es al natural) nos llaman la atención.

Pero también es normal que nos genere cierta repulsa ya que son los vehículos por antonomasia de la Segunda Guerra Mundial. Sidecars bonitos y elegantes transportaron a muchos culpables. Pero la culpa no es del sidecar. Por eso, nos siguen pareciendo vehículos atractivos.

Fueron, sobre todo, los alemanes, los que más los usaron en este histórico y desgraciado conflicto you can try this out. Aunque las tropas rusas y británicas también hacían uso de ellos. Sidecars al servicio de la muerte y la barbarie.

La compañía Steib, fundada en 1914, fue la que fabricó los sidecars de los germanos. En 1950, cuando ya había terminado la guerra, habían vendido el 90% de los sidecars que fabricaron. Esto son palabras mayores, teniendo en cuenta que terminaban medio centenar al día.

 

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